
Un incendio, un derrumbe o bien una explosión por un escape de gas son ciertos siniestros más graves que podrían acontecer en un inmueble. Si bien ocurren muy raras veces, es vital contar con una cobertura de seguros que minimice las pérdidas. Qué demanda la ley de Propiedad Horizontal y cómo estar verdaderamente protegidos.
Frente a un siniestro de esenciales magnitudes como un incendio, explosión por un escape de gas o derrumbe en un edificio o casa es clave contar con una cobertura de seguros adecuada y eficaz que asista a minimizar las pérdidas materiales. Si bien la ocurrencia de estos siniestros es muy baja, cuando suceden acostumbran a ser asoladores en costos de recursos muebles, inmuebles y, ni que charlar, cuando involucran vidas humanas. En la mayoría de los casos, asuelan con el esfuerzo de una vida. Estar protegidos frente a exactamente los mismos permite reponerse en lo material de forma más eficaz, veloz y menos traumática posible.
Existen coberturas obligatorias y voluntarias con las que debería contar todo consorcio para tener protegido su patrimonio frente hechos de esta naturaleza o bien similares. Mas, pese a la obligatoriedad, solo entre el 15 y el 20 por ciento de los edificios y de las casas particulares cuentan con seguro de incendio.
La Ley 13.512 de Propiedad Horizontal establece la obligación de contratar un seguro de incendio para cubrir las partes comunes del edificio y la responsabilidad civil derivada. Esa póliza resguarda ante rayos, explosión, tumulto popular, huelga, terrorismo y hechos de vandalismo y malevolencia, así como asimismo en frente de daños por impacto de aeronaves, vehículos terrestres, sus partes y componentes y daños por humo.
¿Qué pasa si eso sucede?
En el caso de ocurrir el siniestro, el seguro pagaría el costo de la reconstrucción de las partes comunes hasta el monto contratado. Cada dueño deberá encargarse -con sus fondos o bien su seguro- de reparar o reconstruir su departamento.
En cuanto a la Responsabilidad Civil, es decir los daños generados a las personas y a sus recursos, cada propietario es considerado como un tercero respecto al mismo consorcio. La póliza del edificio debería resarcirlos, como así asimismo a los vecinos linderos o transeúntes dañados.
Los seguros personales
Para estar plenamente cubierto, cada propietario debería contar, además de esto, con un seguro propio contra incendio o bien alguno otro de esta clase. Así, se le resarcirán los daños ocurridos en su propio departamento hasta el monto asegurado. Pero este seguro es voluntario y de libre elección de cada persona.
La combinación de ambas pólizas, contratadas en valores realistas y actualizadas conforme al patrimonio a resguardar, es la respuesta más eficiente frente a un siniestro importante como un incendio, explosión por un escape de gas o bien derrumbe.
Contratar un seguro de incendio, de robo, o bien un combinado familiar requiere tener en consideración los valores de los bienes a resguardar. Infravalorarlos es contar con una cobertura deficiente. El costo de una póliza de incendio es mínimo, no supera el 1 por mil del valor a proteger. En los otros dos casos va a deber contratarse después de un meticuloso inventario de las pertenencias.
Estar protegidos frente a esta clase de hechos permite desarrollar una sociedad con un grado de maduración y responsabilidad comunitaria al que debemos aspirar.